miércoles, 11 de mayo de 2016

Un bosque en nuestras manos

( Marcelo Caldano)

La vida en el bosque partió con el bosque. La tala reglamentada y medida de
 los países industrializados se cumplió ( supongamos).
El bosque pasó a ser “Tarimas para lo que se te ocurra”, Hasta se inventó el verbo “paletizar”, lo que significa : ordenar la mercadería de forma tal que se pueda cargar en un palet para que con los montacargas, se puedan subir a los camiones y llevar hasta el fin del mundo.
En algunos casos, las tarimas son como  envases retornables, son tan fuertes que se bancan 8 viajes o más, y con  cargas bien pesadas, como el cemento. Pero como todo en la vida útil de las cosas, en algún momento se pasa una línea,¿ y entonces? ¿ Que hacemos con el bosque, digo con las tarimas?
> Los cirujas se pelean por ellas. Los vecinos de la villa se arriesgan a ir > presos cuando cortan el alambrado para llevarse unos cuadrados.  Para ellos es un tesoro, pared, techo, mesa, cama, escenografía de su vida  cotidiana. Pero les está prohibido...
 El dueño de la madera puede decidir su destino, y el presupuesto dice que es  más barato y rentable quemarla o enterrarla.
> Y en el humo los cirujas alucinan las formas de todas esas cosas que no  pudieron ser. ¡Qué creativo que es el viento, con las nubes hace lo mismo,  dibuja nuestros sueños de tal forma que sólo nosotros podemos reconocerlos ¡.
 Por la fuerza ni lo intentes, pero quizás hablando con un amigo de un primo  de un empleado puedas acceder a una entrevista y si ven tus intenciones con  suerte te las den, pensaba…Pero ocurrió otra cosa. Desde adentro de la empresa, adentro de la sensibilidad de alguien (siempre hay un alguien), la pregunta ¿qué hacemos con el bosque? abrió otros caminos. Y reunidos en el marco de un proyecto relacionado con las compras inclusivas empresariales me hicieron la pregunta ¿te interesaría recibir una donación de palets en desuso? Me desconcerté , por unos segundos, pero todos los carpinteros y carpinteras, arquitectos y arquitectas, artesanos y artesanas que conozco muy bien, por nuestras prácticas de la economía solidaria,  me soplaban al oído “decí que SI”. Claro, pensaba,  después vemos como transportamos las maderas 100 km  y dónde y como bajamos 400 tarimas de un camión que no puede entrar en las calles destruidas de tu pueblo, y no puede demorar 6 hrs para que las bajes a puro pecho de voluntarios. El cómo, lo vemos después.
Y luego del SI, trabajamos juntos con el alguien de la empresa para construir un acuerdo que ya está fluyendo. Seis camiones de sueños se están materializando en nuestra comunidad.
Las tarimas son dinero me decía una señora, en cierto sentido es cierto, son como el dinero :  se puede transformar en casi cualquier cosa y eso está sucediendo en Capilla del Monte. Las tarimas ahora van siendo bancos para escuelas, paredes de bio-casas, paredes de aulas, cercos de chanchos y muebles de todo tipo.
 ¿Y saben qué? Eso no es lo más importante que está sucediendo, lo más de este proyecto es compartir entre vecinos el espíritu creativo, cada uno tiene en secreto una  idea de qué hacer con el cuadrado. Cuando ven las tarimas se les dibuja una sonrisa y en esa sonrisa se espeja y se siente la briza y el viento moviendo las hojas del  bosque.

Marcelo Caldano

1 comentario:

  1. Hola Marcelo. Necesito unas 15-20 tarimas para un trabajo de carpintería en mi casa. Vos sabés cómo las puedo conseguir? Me pasarías un teléfono? Si comentás por acá me llega al mail. Sino mi tel es 3517674602. Gracias

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